Anoche estubo indudablemente mejor la cosa de lo que en la nota anterior les narramos.
Después de ir de shopping navideño nocturno a Casa & Ideas y Falabella, caminamos un poco por 11 de septiembre para luego irnos a nuestro "pesebre". Allí nos estaba esperando un momento histórico: A los pocos minutos de haber llegado, la mamá tenía sobre la cama la nueva Bañera que le regaló el tio Claudio Illanes con su super espongita gigante en forma de oso, una toallita Nino&Idea extendida sobre la cama y otras esperando, y su Jaboncito especial, el cual aguardó ansiosamente durante mucho tiempo para hoy hacer su debut. Termómetro en mano para controlar la temperatura del agua... 37.4ºC... la probamos con el codo... no, mucho.... tajimos agüita fria... probamos nuevamente... ¡Ahora si!.
En un dos por tres, la Renata ya estaba empelotitas y sin darse cuenta la mamá la había metido en el agua... ¿Se pueden imaginar tratando de meter a un gato en el agua?...Si? bueno, este fue un espectáculo de esa misma calidad y complejidad: no paró de moverse en forma rígida mientras emitía unos llantos dignos de alguna película de horror, o de algún consultorio policlínico.
En 5 minutos la tarea ya estaba concluida. Mientras la secábamos sus llantos proseguían, mitigados sólo cuando el papá dejaba la cámara fotográfica al lado para acariciar y besar su cabecita en seña de seguridad.
Una vez vestida con ropa cero kilómetro y tomada de papa, sumado al derroche de adrenalina más la frescura del baño, nos premió con una dormida más estable en una cálida noche.
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Hoy, antes de irme a trabajar, se encontraban ambas niñas (madre e hija) plácida y envidiablemente dormidas. Su ojo derecho ya estaba notoriamente mejor que el día anterior.
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Acá está lo prometido 
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